sábado, 27 de marzo de 2010

Sin futuro

Confieso que a veces mis grandes sueños se acercan a la anormalidad. Que las más grandes felicidades son representadas con la idea de tener una gran casa, una linda familia y no trabajar. Quizá un sueno cercano a principios del siglo pasado. Sé que esto va en contra de toda revolución femenina y muchas han creído en mi demencia. Dicen que desperdiciaré todas mis capacidades. Pero por qué habría de desperdiciar mis capacidades en tareas que me resultan atractivas. Va, futuro, cosa incierta es claro que no en atrae demasiado pensar el él. Tenía grandes proyectos, pero desde hace un tiempo pienso que ya no habrá futuro. Pienso que algo ocurrirá y por lo menos yo no tendré futuro. Así que sí, sigo caminando hacia allá pero no me estreso en muchos pensamientos. Si algo puede mejorar mi porvenir, lo hago, pero eso no indica que deje de creer que no lo hay.