Hace poco, solo tenía un primo. Un primo ciego. Nunca lo he considerado una desgracia, él desde que era bebé no ha visto, así que no tiene idea de qué se siente. Además, tiene muchas otras facultades que compensan esta condición. Hace unos años me preguntó qué se sentía ver. Nunca lo había pensado, yo sólo veía y ya, observo colores, formas, texturas, distancias, ¿cómo le explicaba a mi primo qué era un color? Pero él si podría saber qué era una forma, una textura y la distancia. Así que comencé:
-Ver es... saber, sin tocar, cómo son las cosas.
-Ah, ok, ¿cómo adivinar?-
Me quedé pensando unos minutos y finalmente respondí.
-Sí, como adivinar.
Jamás, hubiese pensado que ver era como adivinar y gran parte de mi vida me la he pasado adivinando, en ves de sintiendo.
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