martes, 9 de marzo de 2010

La mujer de piedra

Ebastian tenía un defecto, creía en la perfección. Había pasado años desde que comenzó a esculpir su primera obra: la mujer de piedra más hermosa. Según las historias, si un escultor lograba la perfección, su obra se haría realidad. Y un hombre que por su condición era sumamente solitario deseaba construir a la mujer de sus sueños para poder amarla. Ebastian, después de dar su vida en aquella obra, dio el último martillazo y la logró: la mujer más hermosa del mundo había sido hecha. Destellos de luz empezaron a rodear la obra y pronto la mujer cobró vida. Pasaron los días y Ebastian cada momento trataba de conquistar a la perfección, pero ella, distante, no le prestaba atención. Y es que la perfección física no vale de nada si sigue habiendo un corazón de piedra.

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